viernes, 25 de noviembre de 2011

Esterilización canina mediante laparoscopia

Última actualización 18/11/2011@11:39:33 GMT+1
El diagnóstico y el tratamiento mediante técnicas de mínima invasión son una alternativa a métodos tradicionales que permiten minimizar los riesgos y la recuperación. Cada vez son más conocidos y demandados por nuestros clientes, que perciben en ellos una imagen de calidad y profesionalidad.
Jacinto Delgado San Segundo
Veterinario gerente
Hospital 24h.Vetersalud-Indra
clínica.indra@vetersalud.com
Imágenes cedidas por el autor


La esterilización de las mascotas es una de las intervenciones quirúrgicas más frecuentes en la práctica diaria. Las ventajas que aporta hacen que el clínico lo aconseje y el propietario lo demande.

La principal dificultad es el miedo al riesgo quirúrgico y el dolor posquirúrgico, a los cuidados durante la recuperación y, sobre todo, al dolor que el propietario cree que va a causar a su mascota sana por algo que no ve “imprescindible”.

Estos miedos se vencen fácilmente ofreciéndole la alternativa mediante laparoscopia, pues reduce al mínimo los riesgos, los cuidados y el dolor.

Materiales y métodos

El equipo necesario consta de:
• Videoprocesador, con fuente de luz, cámara y monitor.
• Insuflador de CO2 para practicar el neumoperitoneo.
• Óptica rígida. La más comúnmente usada es la de 5 mm de diámetro. Existen también de 10 mm y más finas, de 1,9 y 1,7 mm, para exóticos y abordaje de cavidades naturales. El ángulo de visión de la óptica es de 0° y 30°.
• Equipo de inserción: con la aguja de Verres para el neumoperitoneo y distintos trócares para introducir el instrumental.
• Equipo de corte y coagulación: bisturí eléctrico monopolar para corte y bipolar para hemostasia por coagulación. También se usan para el sellado vascular equipos de alta frecuencia (Ligasure) y adaptado a veterinaria (Vetseal), con instrumental esterilizable y reutilizable y con posibilidad de corte simultáneo.
• Instrumental: tijeras, pinzas y ganchos de retracción, pinzas de coagulación, grapas hemostáticas, ligaduras, endoloop, endoguía.


Figura 1. Se crea el neumoperitoneo y se introduce el trócar y, a través de él la óptica, de la que nos guiamos para introducir otros dos trócares, laterales a la cuarta mama, por los que se introducen las pinzas de tracción y coagulación.

Figura 2. Se retira la pinza de coagulación y se secciona con la tijera monopolar. Este punto se realiza en un solo paso con el uso de coagulación y corte con alta frecuencia.
Preparación del paciente y abordaje quirúrgico

Se administra protocolo anestésico adecuado similar a la cirugía abierta. Se vacía la vejiga de la orina por sondaje para que no interfiera en el campo quirúrgico. Tras el rasurado, se posiciona el animal en decúbito supino. Desinfección y aplicación de campos quirúrgicos.

Se practica una incisión cutánea de 5 mm a aproximadamente 2 cm del ombligo, cranealmente. Se introduce la aguja de Verres traccionando de la pared abdominal para no lesionar órganos internos (bazo, intestino). Se crea el neumoperitoneo y se introduce el trócar y, a través de él la óptica, de la que nos guiamos para introducir otros dos trócares, laterales a la cuarta mama, por los que se introducen las pinzas de tracción y coagulación (figura 1).

Ovariohisterectomía

Hacia caudal se identifica la vejiga, y dorsal a ésta (ventral por el decúbito), apartando asas intestinales, se identifica el cuerpo del útero. Se fija próximo a la bifurcación de los cuernos y se tracciona a lateral. Se practica por disección roma una ventana en el meso y se pinza el cuerpo uterino junto a los vasos laterales y se realiza hemostasia por coagulación o grapas.

Se cambian las pinzas de derecha a izquierda y se repite la operación. Se retira la pinza de coagulación y se secciona con la tijera monopolar (figura 2). Este punto se realiza en un solo paso con el uso de coagulación y corte con alta frecuencia.

A continuación se posiciona el paciente en decúbito lateral, sin soltar la zona seccionada, y se avanza por el cuerno uterino hasta fijar el ovario. Se realiza hemostasia del ligamento ovárico y del paquete vascular inmerso en la grasa del mesovario (figura 3), y se secciona (figura 4).

La hemostasia por coagulación puede sustituirse por grapas hemostáticas, pero encarece el procedimiento.

Una vez disecado el cuerno del meso, se posiciona el paciente en decúbito contralateral y se repite la disección del otro ovario y cuerno.



Figuras 3 y 4. A continuación se posiciona el paciente en decúbito lateral, sin soltar la zona seccionada, y se avanza por el cuerno uterino hasta fijar el ovario. Se realiza hemostasia del ligamento ovárico y del paquete vascular inmerso en la grasa del mesovario
(figura 3), y se secciona (figura 4).

Manteniendo bien fijados por uno de los ovarios los tejidos disecados, se retira el trócar y se extraen útero y ovarios (figura 5). En perras medianas-grandes, el tamaño de ovarios y útero precisa ampliar ligeramente el abordaje para su extracción. Se vacía el neumoperitoneo y se cierran los abordajes con un punto suelto en U.


Figura 5. Manteniendo bien fijados por uno de los ovarios los tejidos disecados, se retira el trócar
y se extraen útero y ovarios.

Otra alternativa menos compleja es realizar sólo ovariectomía.

Es aconsejable evaluar previamente el útero y ovarios por ecografía para descartar piometra, gestación, masas, etc.

Orquiectomía en criptórquidos

Se prepara el paciente y se realiza el abordaje como se describió anteriormente. Laterocaudal a la vejiga se identifica el anillo inguinal y, si el testículo se encuentra extraabdominal, el conducto deferente y paquete vascular atravesando el anillo. El testículo intraabdominal se localiza en esta zona, entre las asas intestinales. Se fija el testículo y se coagula y secciona el cordón, y se extrae igual que en la ovariohisterectomía.

Esta técnica presenta grandes ventajas frente a la cirugía abierta, que requiere un abordaje paramedial al pene que dificulta la intervención y la recuperación.

Esterilización laparoscópica en machos sin exéresis testicular

Pocos perros machos se esterilizan si no es por razones clínicas (HPB, tumores, agresividad) o de manejo (convivencia con hembras enteras, priapismo, “escapistas”). En otros países es una práctica rutinaria implantada en la cultura y requerida por los dueños de mascotas.

Pero aquí muchos propietarios lo ven como una agresión y una minusvalía innecesaria hacia su mascota.

Una alternativa a la orquiectomía, menos “agresiva” y estética, sin recurrir a prótesis de silicona; es realizar la coagulación del conducto deferente y el paquete vascular a nivel intraabdominal por laparoscopia, como se describe en la criptorquidia, sin remover los testículos de su alojamiento en el escroto. Éstos sufrirán un edema durante los primeros días, del que hay que advertir al propietario y que requerirá tratamiento con AINE; posteriormente, aparecerá una degeneración fibrosa. Finalmente quedan más reducidos de tamaño, pero sigue pareciendo entero.

Cuidados posoperatorios

Estos pacientes no requieren hospitalización posquirúrgica. Una vez recuperados de la anestesia pueden recibir el alta, y sólo es necesaria la analgesia durante 24 horas. No precisan antibioterapia. El cuidado de las heridas es casi innecesario. Esta alternativa es ideal para animales de jardín, poco vigilados o de difícil manejo.

Conclusiones

La esterilización en perros por laparoscopia supone una alternativa a las técnicas urilizadas tradicionalmente.
Aporta grandes ventajas para nuestros pacientes y cubre y supera las expectativas del cliente.
Además, lo fideliza y aporta un valor añadido a nuestra actividad y mejora su rentabilidad.

Ventajas e inconvenientes
Ventajas
• Técnicas mínimamente invasivas. Mínimos riesgos quirúrgicos y posquirúrgicos.
• Rápida recuperación con mínimos cuidados.
• Percepción de calidad por el cliente. Disminuimos los riesgos y el sufrimiento de su mascota, ofreciéndole técnicas que conoce y cada vez demanda más.
• Fidelización del cliente, derivada de esa percepción de calidad, y que atraerá nuevos clientes.
• Rentabilidad, pues el cliente asume el coste más elevado de estas técnicas.

Inconvenientes
• Alto coste de los equipos.
• Larga curva de aprendizaje de las técnicas endoscópicas.
• Formación del personal auxiliar.

Bibliografía
Cirugía de mínima invasión. Bree, H.
Laparoscopic castration for canine cryptorhidism. Gallagher LA. Vetsurg 1992 21: 411-412
Revista clínica veterinaria AVEPA vol 28-nº2.

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